Descripción
Los baremos convencionales del éxito (promociones, premios, dinero) fallan sistemáticamente en proporcionarnos felicidad duradera. Por más trofeos que añadamos a nuestra colección, seguimos anhelando algo y sintiéndonos vacíos. Sin embargo, nos vemos obligados a seguir haciendo más, incluso a costa de nuestra salud mental y bienestar físico, con la esperanza de que el siguiente objeto que llame nuestra atención, por fin nos aporte esa siempre escurridiza plenitud que tanto ansiamos.