Descripción
LOS HIJOS UNGIDOS NO SE DAN A LUZ EN EL VIENTRE, SINO EN LAS RODILLAS DE SU MADRE
Las oraciones que elevas a Dios por tus hijos en el silencio de tu habitación, mientras tu corazón se rompe y sobre tu rostro corren ríos de lágrimas, son las que abrirán las puertas a los milagros. Tu Señor nunca olvidará tu dolor, amor y persistencia. Él conoce tu nombre y eres su heroína de la fe.
Son esas oraciones las que pavimentan el camino por el cual caminarán tus hijos hacia su legado que perdurará hasta mil generaciones. Mientras lees este libro, tu alma experimentará paz y gozo sobrenatural. Correrás con el viento del Espíritu de Dios sobre ti, para obrar las cosas que nunca imaginaste en la vida de tus hijos.