Descripción
Al primer volumen de Maus lo alabó la crítica por lo insólito de su propuesta y por tratarse de una obra de arte brutalmente conmovedora. En ella, los lectores conocimos a Vladek Spiegelman, un judío superviviente del Holocausto, y a su hijo, un historietista que intentaba reconciliarse con su padre, con la terrible historia de este y con la mismísima Historia. La forma elegida para relatarlo, un cómic (donde los nazis son gatos y los judíos, ratones), lograba desposeernos de cualquier atisbo de cercanía que pudiéramos tener con los hechos referidos, y lo conseguía precisamente porque se acercaba a lo inefable empleando formas diminutivas.