Descripción
A lo mejor es por la condena implícita en sus puntos suspensivos. «…¡Alumbra lumbre de alumbre, Luzbel de piedralumbre!», empieza Asturias, como diciéndonos que esta realidad que presenta en su novela, nos viene desde siempre. «Kyrie eleison…», termina, para insinuarnos que la tragedia nos sobrevivirá por los siglos de los siglos.